domingo, 14 de novembro de 2010

Creceel mapa del mercado verde


lunes 8 de noviembre de 2010
En 2010 están vigentes 314 iniciativas:
Creceel mapa del mercado verde
América Latina aumenta los proyectos con el sistema de Pagos por Servicios Ambientales, con políticas permanentes. En Chile hay tareas pendientes. Los mayores avances están en la valorización de las áreas silvestres protegidas.

Andrea Ortega Carreño

Hace tiempo ya que los bosques y los ríos son considerados más que un simple componente del paisaje. Pese a que otorgan beneficios no medibles -aire más limpio, caudales más fuertes y lugares de recreación-, cada día suman más los gobiernos y organizaciones que optaron por impulsar los mercados verdes, que son los que abren las puertas a nuevos trabajos y a la preservación, gracias a sistemas como el Pago por Servicios Ambientales (PSA), que compensa económicamente a quienes cuidan de las zonas más preciadas para el medio ambiente.

Y el mercado verde sigue dando brotes. Este año están vigentes 314 proyectos de PSA en Latinoamérica, excluyendo los bonos de carbono, según un estudio de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). El 60 por ciento de ellos corresponde a protección de cuencas, el 30% son de conservación de la biodiversidad, el 8% son agroforestales y el 1% son escénico-recreativos, como el ecoturismo.

"Esto muestra una realidad que realmente puede ser considerada una solución para preservar y proteger la vegetación en forma rentable", explica Arturo Mora, oficial de Economía de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN-Sur.

Los países que llevan la delantera son Ecuador, Costa Rica y Colombia, según Stefano Pagiola, especialista en economía sustentable del Banco Mundial. La mayoría comenzó sus proyectos hace cinco años o más; sin embargo, todavía les faltaría más desarrollo.

"Esto sigue avanzando. Ha habido un poco de demoras empresariales, porque no se ha logrado llegar a un nuevo acuerdo climático", señala Pagiola.

El trato es simple en el caso de los PSA. La idea es entregar un sueldo a los habitantes de zonas con gran volumen de vegetación, a cambio de cuidar el medio ambiente. Hay varias formas de financiamiento: lo puede hacer una empresa, los vecinos, o en algunos casos, el gobierno.

Los pagos por lo general son directos, aunque cuando provienen del gobierno, pueden ser a través de deducciones fiscales. Otros, como los que trabajan con productos que cuidan la naturaleza, optan por una certificación especial.

Esto está pasando afuera, pero en Chile poco o nada de eso se está dando.

CHILE SE QUEDA ATRÁS
Los proyectos de PSA comenzaron hace algunos años en Chile, pero sólo como estudios o diagnósticos previos.
"El Pago por Servicios Ambientales no se ha desarrollado mucho. Hay algunas iniciativas incipientes para estudiar la factibilidad de implementarlo, tanto a nivel de gobierno como de organismos de investigación", afirma Felipe Vásquez, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Concepción.

En diversas casas de estudio y organizaciones ya se están realizando diagnósticos, aunque para los expertos lo vital es valorizar con exactitud los espacios y lugares que podrían entrar en un PSA.

Hoy, el desarrollo verde está protagonizado por las universidades y organizaciones medioambientales.

"Es un tema que sigue avanzando, pero ha habido demoras empresariales", comenta Stefano Pagiola.

Al contrario, Felipe Vásquez cree que en el caso de Chile "falta una visión desde el Estado por preservar el medio ambiente y buscar los mecanismos para lograr estos objetivos. Luego hay un problema de construir los equipos necesarios para esto".

Pero eso no ha frenado el impulso de algunas iniciativas que ya dan sus primeros pasos. Estos son algunos de los proyectos realizados:

CULTIVOS MÁS VERDES

Uno de los sectores en desarrollo son los cultivos orgánicos. Hoy, Inia, junto a FIA y la empresa Surfrut, trabaja en un programa que pretende capacitar a los agricultores y ayudarlos a comercializar cultivos orgánicos.

"En los países desarrollados hay una demanda creciente y Chile tiene una vocación hacia la exportación. Además, la gente cada día demanda productos más sanos y que no dañen el medio ambiente", explica Cecilia Céspedes, ingeniera agrónoma de Inia Quilamapu.

El proyecto pretende unir a los productores a fin de crear lugares de comercialización estables. Además se han realizado estudios de mercado para ver el interés de la gente por estos productos.

Actualmente, el único problema del proyecto son los costos que implica la certificación del Servicio Agrícola y Ganadero, aunque Céspedes dice que si los productores se organizan y crean una certificación participativa, esto les permitiría tener un negocio más rentable, a fin de fortalecer más este creciente mercado.

RESERVAS MARINAS: ¿CUÁNTO VALE UN ECOSISTEMA?

Para el investigador de la Universidad de Concepción Felipe Vásquez, el desafío fue valorizar la red de reservas marinas y ver qué tan factible sería la creación de un PSA por su preservación para el Fondo de Inversión Pesquera (FIP).

"En el FIP se dieron cuenta de la necesidad de contabilizar los beneficios económicos de la red de reservas que está altamente subfinanciada para cubrir sus costos de operación. Existía la sensación de que estas reservas generan sólo costos y que sus beneficios eran bajos o poco claros", explica Vásquez.

El equipo logró demostrar que las reservas tienen un valor económico importante; depende de la reserva el valor que se obtenga y el que la sociedad le otorgue.

Lo más llamativo del estudio fue que "en general las reservas de biodiversidad, como Choros Damas, son fuertemente valoradas por la sociedad, mientras que las de protección de especies comerciales específicas tienen menor importancia", comenta Vásquez.

SISTEMA NACIONAL de ÁREAS PROTEGIDAS: UN MERCADO QUE SUPERA LOS US$ 2 MIL MILLONES

Saber el precio del Sistema Nacional de Áreas Protegidas fue uno de los avances que se han hecho en el país. Eugenio Figueroa, profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, fue uno de los encargados de este proyecto.

Figueroa comenta que esta es una de las pocas experiencias que se ha hecho en el mundo y los resultados fueron muy reveladores. De todas las técnicas que evaluaron, los mejores resultados se conseguían con PSA y estableciendo tarifas a la entrada de las áreas protegidas. Con estas dos cosas, la recaudación podía ser muy rentable: "El aporte en PSA se calcula en US$ 2.050 millones al año. Esto es un valor piso y se acerca al 1% del Producto Interno Bruto", explica el académico.

LATINOAMÉRICA APUESTA POR LOS PSA

En la región hay más de 300 proyectos de PSA que buscan hacer más rentable el cuidado del medio ambiente. Dentro de éstos, hay gubernamentales, privados y de organizaciones no gubernamentales. Muchos de ellos ya funcionan con éxito.

Sus ganancias también son relevantes. En el Banco Mundial estiman que el valor de los PSA en todo el mundo supera los US$ 30 trillones por año. De acuerdo a la ONG Ecosystem Market Place, sólo los proyectos de biodiversidad mueven entre US$ 1,8 y US$ 2,9 miles de millones anuales, que impactan en cerca de 86 mil hectáreas de tierra.

Países como México, Costa Rica y Colombia llevan la delantera en mercados verdes, pues trabajan con iniciativas gubernamentales. Aquí, el biocomercio es un tema país, para el que dedican un presupuesto anual y tienen planes estratégicos trabajando en ello.

Estos son algunos de los países que pintan de verde la región:

Colombia: financió proyectos por US$ 23,8 millones, mediante un Fondo de Biocomercio, además de 35 proyectos sostenibles mediante un Fondo de Compensación Ambiental. Aquí el trabajo ha estado enfocado a promover los cultivos verdes y el ecoturismo, con sellos que lo certifiquen, los que aportan más de US$ 10 mil millones, según la Cámara de Industria, Comercio, Servicio y Turismo de ese país.

Costa Rica: es la más antigua en estos temas. Trabaja desde hace 20 años y está enfocada principalmente a PSA para conservar la biodiversidad y proteger las cuencas. Para conseguir financiamiento, el gobierno costarricense entrega el 3,5% del impuesto selectivo a los combustibles para estos propósitos, lo que les permite invertir cerca de US$ 15 millones anuales en este tipo de programas.

México: se ha enfocado en dos aristas: tecnologías y productos más limpios, y conservación de biodiversidad y cuencas. Para llevar a cabo estos proyectos, gasta más de US$ 100 millones anuales. Los lugareños que cuidan la vegetación cercana a las cuencas reciben al año más de US$ 100. Sin embargo, una de las industrias más boyantes de los últimos años ha sido la de productos orgánicos, que agrupados en cooperativas, le otorgan sellos verdes al café, la vainilla y artesanías realizadas en madera, entre otras.

Ecuador: Lo más avanzado que se ha hecho es en las cuencas, mediante el Fondo para la Protección del Agua (Fonag). Con la ayuda de los gobiernos locales e instituciones se educa a los lugareños que viven cerca de cuencas para que preserven el medio ambiente, para lo cual destinan más de US$ 1.000 al año.

Andrea Ortega Carreño.

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